Era mi amigo

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El fanzine original en inglés aquí

Nota sobre el género utilizado en el lenguaje de esta traducción

Nos gustaría que en esta traducción se vieran reflejadas las diversas identidades de género que existen en la sociedad y en nuestros entornos. Hay muchas maneras de hacerlo, os explicamos la que hemos escogido:

Algunas veces, cuando queramos generalizar, intentaremos evitar las marcas de género (por ejemplo hablando de “nuestras amistades” en vez de “nuestros amigos” o hablando de·”la persona sospechosa” en vez de “el sospechoso”).

Otras veces, cuando hablemos de manera genérica sobre nosotrxs (las personas que formamos parte de colectivos y grupos políticos y su entorno) lo haremos usando una x, que puede ser leida como neutro, femenino o masculino (por ejemplo: lxs compañerxs).

En cambio, cuando hablemos de manera genérica de las personas que representan el poder, la represión y la norma, usaremos el lenguaje normativo, es decir, el masculino genérico (por ejemplo: los agentes infiltrados). Queremos resaltar que el hecho de hablar de “infiltrados” no significa que todos ellos se presenten como hombres cisgénero ni que se identifiquen con el género masculino (de hecho ya se han destapado casos en que el agente policial que se infiltró se presentó como una mujer cisgénero).

Para acabar, cuando hablemos en concreto de alguna persona o colectivo, lo haremos utilizando el lenguaje y pronombres con los que creemos que se sienten identificadxs.

 

Traducción

 

En “Undercover Research Group” (grupo de búsqueda de policías encubiertos en el Reino Unido) recibimos regularmente solicitudes de individuos y grupos que sospechan que alguien de su entorno puede ser un agente de policía infiltrado.

 

Esperan que podamos confirmar estas sospechas, pero desafortunadamente nunca es tan sencillo: no existe una base de datos pública de agentes encubiertos, y encontrar pruebas es un proceso largo de investigación y eliminación, incluso aunque las pruebas contra ellos sean muchas.

 

Casi todas las investigaciones exitosas sobre infiltrados han empezado con un grupo de personas que conocían al agente. Normalmente, el primer paso que tomaba el grupo era compartir y debatir sus preocupaciones. A lo largo de los años hemos observado buenas y malas prácticas entorno a ello, pero lo importante es que sea el grupo quien controle el proceso, ya que este empieza y termina en su seno. El Undercover Research Group puede ayudar algo en la parte intermedia del proceso, asesorando y realizando la parte más especializada de la  investigación.

 

Siempre decimos que tener sospechas no es suficiente, ya que por sí solas estas nunca justifican la propagación de rumores ni las declaraciones públicas sobre personas. Si tenéies sospechas fundadas, es vuestra responsabilidad, en primer lugar, el investigar y, después aportar pruebas sólidas que respalden vuestras afirmaciones. Las personas que acusan de forma infundada sin haber hecho esa investigación han de ser confrontadas por actuar de forma perjudicial y ofensiva. Este comportamiento, sin las comprobaciones necesarias, puede provocar la destrucción de grupos y causar daños personales.

 

En este folleto ofrecemos algunos consejos, pautas y recomendaciones sobre posibles problemas con los que os podéis encontrat al iniciar una investigación. Buena parte del texto consiste en buenas prácticas desarrolladas durante la última década.

 

(Nota: a veces se asume un modelo de infiltración basado en la experiencia británica que puede no ser aplicable en otros países).

 

EMPEZANDO

 

¿De dónde vienen tus sospechas?

 

Puede parecer una forma extraña de empezar a tratar el tema, pero preguntarse dónde y cuándo empezaron las sospechas es un buen punto de partida.  No sospechamos de una persona porque sí,

sino que suelen haber razones por las cuales existe una inquietud, una sensación de algo extraño. Como activistas no solamente desarrollamos nuestras habilidades de agitación, también generamos un instinto sobre la gente que nos rodea. La mayoría de las sospechas pueden empezar cuando observamos que esa persona tiene una forma de vestir o estilo que “no encaja”, que parece artificiosa; o la sensación de que sus opiniones políticas son más débiles de lo que esperamos, o que tiene una falta de pasión que no coincide con sus acciones, o, simplemente, que es una persona rara que no encaja.

 

No olvidemos que los movimientos contestatarios atraen a todo tipo de personalidades, y que por tanto, las sospechas en este nivel nunca serán suficientes, y seguramente serán infundadas. Pero es útil reconocer cuándo empezaron esas sospechas.

 

Otra forma de suspicacia proviene de la revisión retrospectiva. Quizá es porque algo haya salido inesperadamente mal, o que existan patrones disruptivos concretos. O que, y este es el caso históricamente más repetido en el caso de infiltrados, el darse cuenta que unx (ex) compañerx encaja demasiado bien en el patrón, aunque pueda haber sido unx gran activista que hizo un montón de acciones, incluso algunas ilegales, y que mientras era tu compañerx, habrías jurado que no era un infiltrado.

 

Sea cual sea la sospecha que tengáis, es un punto de partida válido. Pero hemos de ser conscientes de que son justamente eso: un inicio. Cómo actuar a partir de ahí es lo importante.

 

¡No asumáis que tenéis razón!

 

Preparáos para que se demuestre lo contrario. Si se plantean dudas sobre el comportamiento o el pasado de alguien, eso no significa que esa persona sea un infiltrado. Existen muchas razones legítimas por las que alguien oculte su pasado, para que actúe de forma extraña o para que desaparezca de golpe. Es vital que se entre en el proceso con la mente abierta y nos preparemos que estemos preparadas para que la realidad nos demuestre que nos hemos equivocado estamos equivocados.

 

Siempre es mejor ser capaces de “limpiar de sospecha” a alguien que confirmar tus peores miedos. Encara la investigación asumiendo que es mejor que haya un resultado positivo y que, por tanto, te hayas equivocado, que asumir directamente lo peor.

 

Empezar a investigar con la firme convicción de que alguien es un infiltrado, cuando en realidad no lo es, hará que intentes lo imposible, probar algo que es falso, con la potencial consecuencial de destruir la reputación de esa persona en el proceso. A veces el hecho de que no se encuentren  pruebas en su contra es que no las hay.

 

 

 

Preparáos para no encontrar respuestas

 

El mundo de la infiltración policial es un mundo intrínsecamente reservado, y no se escatiman esfuerzos para que continúe siendo así. No existe la varita mágica que proporcione respuestas claras. La actual exposición (en el contexto británico en el que se escribió este libreto) de los escándalos policiales respecto a la infiltración son la excepción, no la norma. Pasaron décadas en las que ni siquiera existieron evidencias firmes ni respuestas claras. Y en muchos casos, nunca se han conseguido esas respuestas ( y quizá nunca las haya), tras años de campañas, litigios y disculpas oficiales.

 

Escucháos dentro del colectivo

 

Raramente empezamos una investigación por las sospechas de una sola persona. En nuestra experiencia, las sospechas que provienen independientemente de varias personas son las que valen la pena considerar. Este enfoque también evita las situaciones en las que una sola persona consigue persuadir a otras de que unas leves sospechas constituyen pruebas definitivas.  Las investigaciones suelen funcionar mucho mejor cuando la gente puede considerar las sospechas de forma colectiva.

 

En el interior de un grupo funcionan los frenos y los contrapesos: una acción o situación que le parece sospechosa a una persona puede tener una explicación natural cuando alguien con  más conocimiento de la persona o de la situación la explica.

 

Cuando un grupo empieza a investigar es importante que desde el principio existan unas pautas: ¿Con quién se puede hablar del tema?, ¿cómo asegurar la confidencialidad? ¿qué se hará si se demuestran o refutan las sospechas?, etc.

 

El colectivo también puede ayudar a sus miembros a enfrentarse a las dificultades emocionales de

ocuparse de este tipo de investigación. Y es que indagar en la vida de alguien que considerabas una buena amistad buen amigo nunca es fácil. Por ello puede ser útil introducir en el proceso a alguien de confianza, pero que no tuviera lazos con la persona sospechosa, y que pueda orientar al resto. Esta persona puede tener diferentes roles, como asegurarse que el proceso sigue su cauce, o ayudar a alguien a gestionar sus emociones tomando algun tipo de responsabilidad, o incluso ayudar a cerrar la investigación si no está funcionando.

 

Una tarea igualmente importante es la de cuestionar las presunciones y considerar las pruebas de forma crítica, por ejemplo, ayudando al grupo a evitar asumir que tiene más pruebas de las que realmente tiene y su peligro de sacar conclusiones apresuradas.

 

Es factible realizar el proceso de forma individual (y se ha hecho). Pero en estos casos, muchas personas nos han comentado que habrían preferido tener un grupo a su alrededor.

 

Cuidado con el agotamiento

 

 

El agotamiento, por desgracia, es bastante común en estas situaciones. Es algo de lo que raramente se habla o se aborda de forma correcta.

 

Este agotamiento se asocia a menudo con la sensación de pérdida de control. A su vez, esto conlleva una falta de perspectiva, y de ver amenazas por todas partes. La paranoia es una manifestación común que puede llevar a una caza de brujas contra cualquier persona de la que alguna vez se haya percibido que ha dicho algo fuera de lugar o que haya actuado de forma diferente.

 

Entre actuar por instinto y reaccionar a la paranoia subyacente hay una fina línea. Y esta es otra de las razones por las que un proceso grupal es normalmente preferible, ya que los síntomas de agotamiento pueden ser reconocidos y reconducidos.

 

 

 

INVESTIGANDO LAS SOSPECHAS

 

  1. Escribe tus sospechas

 

Es un paso corto, pero no hay que subestimarlo. Si como individuo sospechas de alguien, tómate el tiempo de escribir las razones de tus sospechas. Ayuda a centrar y aclarar aquello que te inquieta. También  ayuda a evaluar la esencia de tus miedos y presentar tus preocupaciones al resto.

 

  1. Evaluar las sospechas iniciales: las 15 preguntas

 

La sección que sigue está basada en las técnicas utilizadas durante 40 años por dos cuerpos policiales y de inteligencia. El análisis de los infiltrados descubiertos ha permitido al grupo que elaboró este libreto reconstruir una buena parte de los manuales que utilizaban.

 

El resultado del análisis de sus técnicas se han condensado en 15 cuestiones básicas (Ver “Las 15 preguntas con las que trabajamos” del anexo).

 

Si bien son preguntas que pueden llegar a ser útiles en varios contextos, no olvidemos que están basadas en formas de funcionar concretas en el Reino Unido.

 

Se pueden aplicar estos conocimientos a la persona de la que sospecháis, o usarlas como un punto de partida. Si alguien “da positivo” en 2/3 de ellas, entoces es probable que las sospechas tengan fundamento, pero aún así hay que seguir investigando y profundizando para confirmarlas.

 

  1. Organizando el material

 

Una vez ya trabajáis como grupo, repetid el primer punto, pero esta vez de forma común con el resto. Comparte el conocimiento, comparad notas. También en este caso puede ayudar escribir todo lo que sabéis de la persona, sobretodo aquello que inicialmente provocó las sospechas. El objetivo es poder tener una visión lo más ámplia posible y añadir claridad a vuestras sospechas.

 

A medida que se despliegue la investigación reuniréis mucha información, que ha de ser gestionada.

 

  • Organizadla de forma clara, por temas, por ejemplo. Dedicad el tiempo necesario a descubrir y documentar qué es lo que habéis escuchado y quién lo ha dicho, incluso si esas personas no quieren que su nombre aparezca de forma pública. En un caso en concreto, ciertos rumores sobre alguien fueron trazados hasta otra persona, que acabó siendo el infiltrado.

 

  • Evaluad la credibilidad de las fuentes. La prensa a menudo ofrece detalles incorrectos. Además, la gente puede tener resentimientos que influyan en sus recuerdos.

 

  • Dibujad cronogramas, mapas, listas de contactos, acontecimientos y lugares en los que esa persona pueda haber estado. Buscad huecos en el cronograma de acontecimientos y haced una lista de aquellas personas que puedan ser capaces de rellenarlos. Saber a ciencia cierta qué tenemos y lo que falta por investigar, sobretodo si se trabaja en grupo, es fundamental.

 

Recordad: ¡mantened vuestros materiales a buen recaudo! Imaginad el terrible impacto que tendría esta información si llegara a ser descubierta y la persona a la que investigáis en realidad no fuera un infiltrado.

 

  1. Siguientes pasos

 

Si habéis seguido los pasos anteriores, estaréis en posición de empezar a confirmar o descartar vuestras sospechas.

 

Esta etapa ha de ser minuciosa por naturaleza: investigar cada aspecto del relato de la persona investigada, buscar pistas e inconsistencias. Se trata de establecer si la identidad con la que se presentó es real, o por el contrario, estamos tratando con un infiltrado que utiliza una identidad falsa.

 

Puede ser útil revisar los perfiles de pasados infiltrados para haceros una idea de en qué tipo de detalles tenéis que  fijaros. Pero recordad que cada caso es diferente y que algunos aspectos son más importantes que otros.

 

Para la investigación de los casos previos al año 2000 se puede buscar el certificado de defunción de niñxs que comparten nombre y fecha de cumpleaños con la persona sospechosa ( y que, por tanto, indicara un robo de identidad). Otras cosas a comprobar pueden ser el alcance de su existencia fuera del grupo en el que está activo, y si sus antecedentes son correctos. Podríais intentar confirmar su existencia mediante registros de nacimiento, si realmente estudiaron en las escuelas en las que dice que estudió, etc.

 

La fecha del cumpleaños siempre es un dato importante. También los relatos acerca de su niñez y de su família. No es raro que los infiltrados utilicen datos de su vida “real” para dar credibilidad a su historia, aunque el grado en los que esos detalles sean valiosos es relativo. En algunos casos, esos fragmentos de información han sido decisivos, mientras que en otros fueron de poca ayuda. Es muy difícil preveer qué va a ser importante y qué no, así que lo mejor es registrarlo absolutamente todo.

 

Suele ser un proceso lento de ir eliminando posibilidades. En muchos casos, para probar que alguien no es quien dijo ser tuvimos que identificar a todo el  mundo con el mismo nombre y misma fecha de cumpleaños (algo que es mucho más difícil si la persona sospechosa tiene un nombre común) para poder demostrar que la persona sospechosa “no existía”.

 

Se trata de deteterminar si alguien es unx “fantasma”, alguien que todo parece indicar que existe, pero que se desvanece cuando intentas investigar su pasado. Más información sobre este proceso (en inglés) en https://undercoverresearch.net/1082-2/

 

  1. Incorporando a más personas en el grupo

 

Cuando lleguéis al punto en el que creáis que vuestras sospechas requieren más confirmaciones, seguramente tendréis que hablar con otras personas que le conocían. Este paso puede requerir mucho cuidado: las personas a las que nos acerquemos deberán conocer los acuerdos del grupo y entender lo delicado del proceso. Sed conscientes que las personas a las que os acerquéis se pueden enfadar, entrar en shock o en una negación rotunda. Hay que prepararse bien para evitar que vuestras sospechas sean rechazadas y que haya una reacción que se vaya de las manos, y también para evitar que las meras sospechas lleven a exponer a la persona sin más investigaciones.

 

Aseguráos que a las nuevas personas se les de espacio y apoyo para procesar las notícias. En este paso deberéis aclarar que la investigación, por el momento, sigue siendo solamente eso, y que aún no se ha llegado a ninguna conclusión. También hay que enfatizar los acuerdos de confidencialidad.

 

Para explicar que sospechamos de alguien que puede ser unx buenx amigx o tener una relación con las personas a las que nos acercamos para obtener más información, hay que tener un alto grado de sensibilidad. Cada persona reacciona de forma diferente y no siempre podemos prever cómo resultará la situación. Pero una de las cosas que nos ha de distinguir de las formas de la policía y el Estado es que tenemos un sentido de responsabilidad para con nuestrxs compañerxs, incluso si tenemos diferencias políticas con ellxs.

 

En este punto deberíais considerar preparar el apoyo que tanto nosotrxs como otras personas puedan necesitar. Ver “Apoyémonos entre nosotrxs” más abajo”

 

Expresad las necesidades individuales en vuestro grupo, y mantenéos siempre informadas sobre quién está haciendo qué. Intuid lo que está dispuesto a contribuir cada persona. Algunas querrán estar involucradas en todos los aspectos, otras podrán estar preocupadas de que la investigación sea un “monotema” que deje de lado el resto de sus actividades políticas, pero aún así están interesadas en las decisiones.  Además hay que estar activamente al tanto de ciertas cuestiones, como equilibrar necesidades divergentes, p.ej. entre privacidad y pasar a la acción, y sobre el riesgo de quemes y agotamiento.

 

 

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

 

Es probable que la investigación no lleve a resultados definitivos. La certeza absoluta sobre policías infiltrados solamente se ha dado cuando se ha descubierto su nombre real. En la mayoría de casos esto se ha revelado por descuidos del infiltrado en cuestión. Mark Kennedy pasó a ser espía privado tras dejar la policía, y usó un pasaporte con su nombre real cuando salió al extranjero. Carlo  Neri registró su nombre real en una de las direcciones que usaba. En otros casos, los infiltrados deslizaron detalles que descubrieron sus nombres reales. En la mayoría de los casos, la suerte y el descuido por parte de los agentes encubiertos, por un lado, y la persistencia en seguir todas las pistas posibles, un proceso que puede durar años, han permitido desvelar sus identidades.

 

A continuación se enumeran los posibles resultados de las investigaciones:

 

Que se demuestre que no es un infiltrado

 

Si tenemos suerte, podremos eliminar las sospechas sobre el individuo en cuestión. Pero no basta con llegar a esta conclusión y darlo por zanjado. Habrá que comunicar nuestras conclusiones a todas las personas con las que se ha tratado el tema. No podemos destruir la reputación de una persona mediante insinuaciones o permitiendo que persistan los rumores. Habrá que decidir también si se le comenta algo o no a la persona investigada. Para algunxs de ellxs significará un grado de transparencia a valorar, pero otrxs pueden tomárselo muy mal. Otros grupos han decidido simplemente no mencionar la investigación, algo que puede tener el inconveniente de que la historia perdure. Dependiendo de cuánta gente supiera de las sospechas, el tema puede volver a surgir.

 

Recordad que si el material reunido cae en las manos equivocadas, esa información podría ser usada contra la persona investigada. Así que destruidla, sobretodo si creéis que las sospechas no tenían sentido.

 

No estamos segurxs

 

El mundo de la policía encubierta, delatores y espías privados es turbio por naturaleza. Está poblado por profesionales que hacen todo lo posible por ocultar actividades y crear tapaderas. Muchxs de nosotrxs tenemos motivos legítimos para no ser siempre completamente abiertxs sobre nuestro pasado o nuestras historias personales. Si a eso le sumamos que nuestros movimientos políticos tienen una cultura de respeto a la privacidad de lxs demás, nos encontramos con una situación en que reconocer a un policía infiltrado es bastante difícil.

 

Si sospecháis de alguien que está o estuvo en tu grupo, deberéis asimilar que hay muchas posibilidades de que nunca sepais si esas sospechas son/fueron  infundadas o no. Cabe la posibilidad de que estéis poniendo el foco en la dirección equivocada: quizá el problema esté en otra persona del grupo (que pueda estar difundiendo rumores para asegurar su tapadera), o que el problema sea que las personas del grupo sean despreocupadas respecto la seguridad, o que el grupo esté sujeto a vigilancia tecnológica. En cualquiera de estos casos, quizá lo mejor sea, por el momento, dejar las sospechas a un lado, u olvidarlas por completo. Se puede tratar el problema desde otras perspectivas: considerad qué es lo que hace vuestro grupo y cuáles son los riesgos de tomar esa dirección, o si las filtraciones evitan que continuéis llevando a cabo la acción política con los métodos que habéis escogido.

 

Sugerimos que una buena forma de tratar el tema es ser conscientes de las necesidades de seguridad, y asegurarnos al máximo en ese sentido. Tened un debate abierto y honesto sobre

posibles amenazas para vuestro trabajo y qué medidas podéis tomar para contrarrestarlas. Los buenos procesos internos pueden evitar en gran medida el daño que pueda hacer un infiltrado. Los pequeños grupos de afinidad, por ejemplo, pueden utilizar la investigación de antecedentes para reducir el riesgo de infiltración, mientras que otros grupos pueden centrarse en su abertura como una táctica en sí misma, haciendo que la presencia de un infiltrado sea irrelevante.

 

Casi, pero no del todo

 

En la mayoría de situaciones, nunca estaréis al 100% segurxs de que alguien es un infiltrado.

Los intentos de obtener respuestas de la policía, aparte de llevarlos a juicio (e incluso en ese caso no hay garantías), probablemente fracasen o se encuentren con un “ni confirmamos ni desmentimos”. Lo cual os deja frente a la desagradable decisión de qué hacer a contunuación. En el contexto del Public Inquiry into Undercover Policing (investigación pública en Inglaterra y Gales sobre la actuación de policías encubiertos), el Undercover Research Group y otros grupos hicieron públicas informaciones sobre infiltrados que, a pesar de que no existían pruebas definitivas, tenían pruebas indiciarias suficientes para confirmarlo. En estos casos, las pequeñas dudas que teníamos nos llevaron a limitar la información que publicamos: decidimos no publicar fotos ni nombres completos.

 

Si estáis en lo cierto…infiltrados históricos

 

Si habéis encontrado pruebas definitivas, o pruebas indiciarias tan importantes como para no poder obviarlas, tendréis que pensar bien en los siguientes pasos. Casi siempre es una buena idea hacerlo público, puesto que la mayoría de infiltrados están activos en más grupos y movimientos de lo que podíamos pensar. Estos grupos también pueden verse afectados y deben conocer el caso.

 

Hacer pública la información requiere sensibilidad. Algunos pasos a seguir serían los siguientes:

 

  1. a) Avisad antes a aquellas personas que tuvieron contacto con el infiltrado: Quizá no siempre sea posible, pero es importante hacer un esfuerzo en ese sentido. Es horrible descubrir que un antiguo amante o amigo era un infiltrado viendo su foto por internet o en las notícias.

 

  1. b) Tened en cuenta qué anonimidades han de ser protegidas y aseguráos de que todas las personas que conocieron al infiltrado sean conscientes de la necesidad de no descubrir detalles personales sin permiso, como los nombres reales de las personas involucradas, algo particularmente importante para las personas que fueron amantes de los infiltrados. En el contexto de la investigación pública en Inglaterra puede ser necesaria una cierta cantidad de tiempo para que las personas involucradas reciban “protección de anonimato” (anonymity orders), muy importante en los casos con fuerte interés mediático.

 

  1. c) Preparad una reseña sobre el infiltrado que muestre claramente las pruebas incriminatorias. No es buena idea lanzar acusaciones sin publicitar las razones por las cuales se hace, porque generaría dudas y confusión, además de desconfianza y paranoia. Una buena praćtica también es detallar las actividades en las que participó el infiltrado, para que otros grupos y personas puedan contextualizarle: los recuerdos de nombres y caras pueden desvanecerse. De esta manera podemos ayudar al resto a saber de quién se está hablando.

 

  1. d) Tened en cuenta cómo se va a hacer la reseña, y cuánto material váis a hacer público para respaldar vuestra denuncia. Si denunciáis a alguien como un infiltrado y no presentáis pruebas de ello, las preguntas y la polémica surgirán inmediatamente.

 

Dependiendo de la naturaleza de la historia, podéis plantearos acudir a los medios de comunicación de masas. Si lo hacéis, aseguráos que tengan claro qué aspectos del caso deben ser tratados con discreción, sobretodo los referentes a proteger las identidades de las personas afectadas por la infiltración. Hay que asegurarse de que estamos en contacto con periodistas que entiendan vuestras necesidades y el efecto emocional que este tipo de cuestiones pueden tener sobre la gente, aún más si ciertas personas han tenido estrechos lazos con el infiltrado.

 

  1. e) No uséis los nombres reales de las personas sin su permiso.

 

  1. f) La gestión dentro del grupo de este proceso es básica. Hay que tener herramientas de apoyo preparadas para aquellas personas que serán las más afectadas por las consecuencias.

 

  1. g) Desalentad las respuestas machirulas, o las del tipo “yo ya lo sabía”. Nunca son de ayuda, sobretodo no lo son para las personas afectadas. Simplemente cagarse en el infiltrado también puede tener efectos negativos para aquellas personas que intentan asumir cómo un amante o gran amigo les ha conseguido traicionar de una forma tan completa. Tened en cuenta que quizá sigan luchando con sentimientos de culpa o de autodesprecio…son cosas que pueden tardar años en resolverse. Para más información sobre el impacto de exponer a infiltrados y amortiguar el impacto consultad la página web https://policespiesoutoflives.org.uk/

 

Si estáis en lo cierto…el aquí y ahora

 

¿Qué debéis hacer si descubrís un infiltrado entre vosotrxs…aquí y ahora? En los casos muy serios, deberíais priorizar la investigación…hay que actuar rápidamente para evitar más daños. Deberéis ser discretxs, ya que en estas circunstancias no solamente está el riesgo de propagar la paranoia, también el de que la persona en cuestión se entere de las sospechas contra él. Si esto ocurre, lo más seguro es que borren su rastro y desaparezcan antes de poder confrontarles.

 

Tened en cuenta que cualquier investigación, sin importar su resultado, puede dañar las redes de confianza dentro del grupo. Sobre todo después de la denuncia pública, esto puede ser un problema si algunas de las personas se han sentido excluídas del proceso, y enfadadas si no tuvieron la posibilidad de tener un peso en las decisiones.

 

Una vez que ha acabado la investigación (y repetimos que obtener el 100% de certeza es muy raro), tu grupo quizá tenga que trabajar duro para reestablecer la confianza entre las personas que lo conforman. La experiencia nos ha enseñado que una buena forma de tratar una situación en la que hay pruebas de que estéis tratando con un infiltrado es organizar un encuentro entre él y el grupo. Hay que ser cuidadoso para que no se entere del propósito real de la reunión. El objetivo es la confrontación directa, y darle la oportunidad de que responda a las acusaciones. De esta manera podéis medir su reacción al desafío, y puede ser una forma de probar vuestra hipótesis de que es un infiltrado, y es algo particularmente útil si todavía se están buscando pruebas concluyentes.

 

Si seguís este camino, es importante que estéis preparadxs para contar la historia a otras personas, teniendo un dossier que podáis distribuir inmediatamente tras la reunión. Un infiltrado recién descubierto puede provocar importantes daños personales en su huida de la situación. El shock de un descubrimiento de tal calibre puede dividir a los grupos si no tenemos las pruebas preparadas para explicar el porqué de la investigación. También es posible que el infiltrado intente poner al movimiento o a otrxs contra el grupo investigador, o que utilice su huida para causar fricciones y luchas internas.

 

¿Infiltrado…u otra cosa?

 

A menudo no utilizamos bien el lenguaje, y consideramos que infiltrados, delatores, espías corporativos, agentes del servicio secreto e incluso periodistas son lo mismo. Aunque sus objetivos puedan ser parecidos, su forma de funcionar es bastante diferente.

 

Por ejemplo, la policía no suele usar nunca sus apellidos reales y su trabajo de infiltración no suele durar mucho tiempo (el máximo que se ha comprobado en el Reino Unido es de 6 años). Alguien que lleve involucradx más tiempo tiene muchos menos números de serlo.

 

Llamamos delatora a aquella persona que ya estaba en círculos activistas y que ha aceptado dar información a la policía. Esto puede pasar cuando la persona se encuentra en una posición que la policía es capaz de explotar (chantaje). Una vez que alguien empieza a hablar con la policía, esta no te dejará escapar. En otros casos, a alguna parte de la mente de la persona le gusta jugar a dos bandas (sabemos de casos en los que es esa persona la que se ha acercado voluntariamente a la policía). La dificultad con los informadores es que alguien que ya forma parte del movimiento lo conoce mucho mejor, y es menos probable que cometa algun error “cultural” que un infiltrado.

 

Los espías corporativos son contratados por las agencias de inteligencia para infiltrarse en nombre de algun cliente privado. Estos espías suelen tener un pasado policial o militar. No suelen tener la misma preparación ni el conocimiento que hace que los infiltrados tengan posibilidades de tener éxito en su infiltración. A pesar de ello, se conocen casos en los que espías profesionales, contratados por la policía,  han conseguido infiltrarse durante años en diferentes grupos.

 

Aunque muchas de las técnicas de investigación contra ellos puedan ser comunes, hay otros aspectos que precisan unos acercamientos diferentes, que no cubrimos en esta publicación. Durante vuestra investigación tendréis que tener en cuenta las diferentes posibilidades, ya que se necesitarán pruebas diferentes dependiendo de a qué tipo de  infiltración os enfrentéis. Existen muchos más informadores y espías profesionales que infiltrados.

 

APOYANDÓOS ENTRE VOSOTRXS

 

¡No subestiméis la importancia del apoyo mútuo!

 

Váis a necesitar apoyos durante el proceso: investigar y desenmascarar a un infiltrado tiene costes emocionales profundos. El Estado, por ejemplo, da apoyo psicológico a los infiltrados, y nosotrxs, al menos, deberíamos ser conscientes de qué puede implicar una investigación. Debéis aseguraros, en todas las etapas del proceso, que tenéis en cuenta las necesidades emocionales de las personas afectadas, también las de las personas que investigan. Algunas de las investigaciones que no han salido bien han fallado precisamente en esta cuestión, lo cual añade más daño al que ha causado la propia policía.

 

Buenas y malas prácticas a la hora de proporcionar apoyo emocional

 

En el desagradable proceso de investigar a infiltradxs, la confianza en unx mismx y en cómo se percibe a lxs demás es una de las primeras cosas que se pierden. Por eso, en el núcleo del apoyo emocional se encuentra el tema de la confianza, así como contactar a personas que puedan contextualizarla, política y emocionalmente. Un grupo unido permite crear espacios en los que sus miembros se juntan y se apoyan mútuamente al compartir experiencias e ideas políticas. Esta es una de nuestras mayores fortalezas. Pero cada unx reaccionará de forma diferente, aunque el caso investigado tenga unos años de antigüedad. Las reacciones dependerán de en qué lugar vital se encuentre en ese momento cada unx y de lo que ocurrió en la época en la que el infiltrado estaba presente en sus vidas.

 

Una reacción muy común es un sentimiento de pérdida de control, y de duda sobre el propio juicio. Y es que si has permitido que alguien te engañe ¿sobre qué y sobre quién más te has equivocado?. Por ello, es muy importante que las personas que necesiten apoyo emocional sientan que tienen control sobre las decisiones que les afectan. El tener datos y pruebas concretas disponibles puede marcar una gran diferencia en cómo la gente procese la información que acabáis de revelar. La gente necesitará saber que los datos tienen sustancia y que no son especulaciones. Tener disponibles las pruebas es de gran ayuda para las personas que justo se enteran de la situación, ya que permite tratar el tema de las dudas de forma temprana en lugar de permitir que vayan a más. Estableced los procesos de forma cuidadosa y dejad espacio para que la gente haga preguntas.

 

Las siguientes cuestiones no son solamente aplicables para las personas que tuvieron contacto íntimo con infiltrados: la confianza y la amistad son fuerzas poderosas, y no debemos olvidar cómo de dañadxs puedan sentirse otras personas por el descubirimiento que un amigo fuese un infiltrado.

 

  • Tened presente que a las personas muy cercanas al agente puede resultarles difícil aceptar el engaño, y pueden tardar mucho tiempo en sentir rabia hacia la persona que les engañó. La manipulación de sus emociones ha sido muy compleja. Pueden ser difícil para ellxs escuchar cosas negativas de un infiltrado que consideraban su amigo.

 

  • Tened en cuenta que los infiltrados (y aquellxs con los que trabajan) son expertos en engaños, y que se aprovechan deliberadamente de los sentimientos y emociones de lxs activistas. Que alguien diga que “ya lo sabía” o “que era obvio”, haciendo que la gente que confió en él se sienta estúpida no ayuda en nada.

 

  • Reunir a las personas que eran cercanas al infiltrado para ayudar a digerir y mostrar las pruebas puede ser una buena manera de ayudar a la gente a procesar las notícias.

 

  • Sed conscientes de que no todas las relaciones íntimas son de conocimiento público, ni siquiera dentro de un grupo pequeño.

 

  • Evitad menospreciar las experiencias de otras personas. Un rollete de una noche puede tener tanto impacto como una relación de un año, todo depende del contexto de esa persona. No existe una jerarquía del abuso. No dividáis las respuestas de la gente en función de su género.

 

  • Si hay personas que han tenido relaciones sexoafectivas con policías infiltrados, probablemente necesitarán apoyo continuado para superarlo. En principio, aquellas que conocen tanto a la persona afectada como al infiltrado serían las ideales, pero contactar con otras personas que han vivido algo similar también puede ser catártico.

 

  • Que alguien no hable mucho sobre lo ocurrido, no significa que no estén afectadas. Dad espacio a todo el mundo, no solamente a los que más alto hablan.

 

  • Cuando se vuelva a incorporar gente nueva al grupo, recordad que todo el mundo habrá cambiado de alguna forma desde el descubrimiento del infiltrado. Esto llevará aparejado algunos aspectos nuevos que deberían ser considerados, teniendo en cuenta que el trauma emocional es un asunto importante, y puede que sea necesario añadir capas extra de seguridad en nuestro grupo. Por ejemplo, cuando miembros del grupo tienen que lidiar con situaciones de  violencia de género, esta gestión también puede ser una experiencia muy empoderadora para la gente, para reconstruir viejas amistades y encontrar las fortalezas en un colectivo.

 

  • Dependiendo de la situación, puede que lo mejor sea pasar información en persona. Alguien que por cualquier motivo está aisladx y lejos de personas del entorno seguramente no reaccione bien a una llamada de teléfono que de repente les suelte la bomba informativa y luego tener que lidiar solx con la situación. De ninguna manera hay que dejar que alguien cercano con el infiltrado se entere a través de la prensa.

 

  • Dad espacio para que la gente se desahogue y se enfade, pero sed conscientes que no siempre es apropiado despotricar: las maldiciones rabiosas contra el infiltrado pueden tener un efecto negativo sobre personas que se encuentran inestables o que estén luchando para procesar la revelación. Igualmente, evitar respuestas del tipo macho agresivo. Se trata de encontrar el momento y el espacio adecuados.

 

  • Aceptad que al principio, quizá le gente pueda enfadarse con quien transmite la información (“disparar al mensajero). Algunas personas necesitarán espacio para pasar un duelo o reconstruir recuerdos que ahora están podridos.

 

  • Preparáos para enfrentaros al enfado de personas que no han sido invitadas a participar en el grupo de investigación, y de tener respuestas preparadas para cuando surja el tema. Si no se gestiona bien, puede ser un punto delicado una vez termine la investigación.

 

  • Intentad dejar de lado antiguas riñas personales y políticas, que pueden exacerbar la situación y distraer del problema real.

 

  • No apresuréis las decisiones: la gente necesitará sentir que sus necesidades son tenidas en cuenta, y por ello deben tener espacio para expresarlas. La historia y los efectos que deja un infiltrado casi nunca se limitan exclusivamente a un solo grupo de gente.

 

  • Prepárate sobre cómo la investigación puede afectar a la forma en que ves y percibes a la gente. A menudo se infravalora el impacto personal de llevar a cabo una investigación.

 

  • Respetad los deseos y la privacidad del resto. Cada persona maneja la situación como puede: algunas preferirán no saber nada, otras quizá ya tienen demasiadas cosas en la cabeza o en sus vidas como para tratar el tema.

 

  • Finalmente, para algunas personas es una opción importante el llevar el caso ante la justicia. Pensad en el tipo de apoyo que queréis dar en este caso, si es que queréis involucraros.

 

 

Apoyando a alguien que ha tenido una relación  íntima y/o estrecha con un infiltrado

 

Si estáis apoyando a alguien que se encuentra en una situación vulnerable tras descubrir que tuvo una relación íntima y/o estrecha con un infiltrado, hay una serie de medidas prácticas que podéis tomar:

 

  1. a) Formad un grupo de apoyo para esa persona. Visitadla regularmente y haced que pueda contar con vosotrxs a largo plazo.

 

  1. b) Abordad la situación sabiendo que necesitará sentir que controla sus decisiones. Evitad quitarle su sensación de agencia.

 

  1. c) Escuchad. Quizá esa persona necesite explicar su historia una y otra vez para poder procesarla. Redactad con esa persona una lista de gente a la que pueda contactar si necesita hablar o desahogarse.
  2. d) Ayudadle a identificar un asesoramiento o terapia adecuadas.

 

  1. e) Ayudadle a tomar las acciones que crea necesarias, como poner una denuncia o hablar con la prensa.

 

  1. f) Ayudadle a documentar lo ocurrido en sus propias palabras.

 

Se pueden encontrar más consejos y recursos (en inglés) en www.policespiesoutofives.org.uk/are-you-afected

 

Paranoia

 

Se ha comentado un par de veces la cuestión de la paranoia, y es algo con lo que debemos tener cuidado. En el Undercover Research Group hemos podido observar síntomas comunes, como ver espías en cada esquina o apuntar con el dedo a cualquier persona que en algún momento ha hecho algo ligeramente sospechoso, sin ningún análisis o rechazando llevar a cabo una investigación seria.

 

El que un grupo no esté dispuesto a tirar adelante una investigación seria es lo que suele distinguir a aquellas personas con sospechas fundadas de las que han permitido que la paranoia entre en sus vidas.

 

La paranoia no ayuda a ningún grupo, ya que solamente perturba la sensación o proceso real de seguridad. Por otro lado, la paranoia puede ser un indicio de que hay temas subyacentes que deben tratarse, como puede ser la forma en que una persona reacciona ante la pérdida de control o al queme por estrés. Puede ser algo difícil de tratar, y en última instancia, el grado de ayuda que cada persona permita que se le dé depende de ella misma.

 

Como sugerencia general, es mejor no actuar de manera brusca con alguien que creéis que está sufriendo paranoia, ya que eso no la sacará de ella. Tampoco, por el contrario, es útil decir simplemente que la creéis.

 

Preguntadle delicadamente qué es lo que cree o qué teme, pero no dejéis que os arrastre a “su” mundo de paranoia. Escuchad de forma sincera pero con cautela, y dejad claro que lo que se dice es algo con lo que no podéis comprometeros plenamente. Desafiad cualquier discrepancia con respeto y sed abiertxs al hecho de que puede que no se trate de una paranoia, sino de serias preocupaciones.

 

Otro aspecto de la paranoia es cuando se disfraza de “conciencia de la seguridad”. La seguridad trata de reducir los riesgos a un nivel aceptable para poder seguir haciendo cosas; la paranoia es cuando las cosas se van de madre e impiden hacer nada, asumiendo el miedo general ante un Estado aparentemente hiper poderoso. Tal como los grupos activistas han demostrado una y otra vez, aún con varios infiltrados en el movimiento, se pueden hacer un montón de cosas.

 

 

 

NOTAS FINALES

 

Irónicamente, una investigación con un buen proceso puede ser inspiradora y fortalecedora,

a pesar de que descubrir a un infiltrado es, como mínimo, desagradable. El material de este artículo se ha extraído de varios procesos de este tipo y de sus participantes. En muchos casos, los grupos salieron reforzados, aunque el camino que recorrieron fue a menudo pedregoso.

 

Al escribir este folleto, nuestro objetivo no fue fomentar la paranoia, sino reducirla. Demasiado a menudo se lanzan acusaciones basadas en rumores y especulaciones que sólo ayudan a nuestros enemigos. Hemos intentado ofrecer algunas herramientas y técnicas que os permitan llevar a cabo investigaciones de fondo para acabar con los rumores y las malas prácticas  y fortalecernos en el proceso.

 

A pesar de todo, la fuerza con la que la policía nos ha atacado, y del profundo daño que nos ha causado, aún no nos ha destruido. En Inglaterra, la División Especial (encargada de un buen número de infiltraciones) solía presumir de que una vez que se infiltraban en un grupo, este estaba muerto. Sabemos que no es cierto. Hay muchos más de nosotros de los que ellos han sido nunca, y todavía estamos por aquí, todavía activxs, de muchas formas diferentes y en muchos movimientos diferentes. A lo largo de los años se han perdido campañas, y otras se han ganado, y de formas muy inspiradoras. Ceder al fatalismo de que no podemos hacer nada permite que el Estado y la policía ganen. Sigue habiendo muchas cosas que podemos hacer, quedan muchas temas por los que luchar, y muchas campañas por librar. Las tácticas cambiarán, se adaptarán y acomodarán a la realidad sobre el terreno a medida que encontremos soluciones, pero lo más importante es aquello que nos hizo empezar en la lucha política.

 

Irónicamente, sabemos ahora que el uso de  infiltrados ha tenido efectos secundarios inesperados, como el archivo de casos judiciales o la ayuda indirecta a ciertas campañas. Sabemos de casos en los que la presencia de un policía infiltrado ha permitido proteger a activistas,  ya que el agente no podía actuar sobre la base de cierta información  por miedo a descubrirse.

 

Por último, una pregunta frecuente que nos hacen es cómo volver a atraer a gente nueva a nuestros grupos. ¿Cómo combinar apertura y seguridad? No hay una respuesta única. Cada grupo tendrá sus propias necesidades y prioridades. Lo que importa es crear, desde el principio, una cultura que responda a las ambiciones de su grupo, y que se atenga a ellas. No tengáis miedo de preguntar, pero sed sinceras de por qué lo hacéis. Si creéis que necesitáis un mayor nivel de seguridad o secretismo, averiguad cuáles son las amenazas específicas a las que os enfrentáis y planificad cómo abordarlas para minimizar el riesgo. La seguridad al 100% no existe, pero siempre hay formas de encontrar soluciones.

 

Las empresas y el Estado pueden invertir mucho en su intento de pararnos, pero se han llevado a cabo miles de acciones, muchos grupos están tomando precauciones y teniendo éxito en su accionar, y esto es una clara prueba de que podemos ser más listas que ellos cuando nos lo tomamos en serio.

 

APÉNDICE: 15 PREGUNTAS CON LAS QUE TRABAJAMOS

 

  1. ¿No tiene antecedentes vitales?

 

Generalmente, el infiltrado tiene pocos antecedentes vitales. A menudo suelen tener una “leyenda”: de dónde son y por qué se fueron. Los detalles suelen ser escasos, y hay muy poco solapamiento entre su mundo anterior y su mundo activista. Es raro encontrarse con amistades (o ver fotos) de su vida “anterior”, aunque hable de ellxs o el sospechoso diga que va a verlos. Sus datos no estarán en los registros públicos, aunque esto no será obvio hasta que empecemos a investigarles seriamente.

 

Advertencia: Se sabe que algunos infiltrados han traído a otras personas y las han presentado. Se trata de “artistas de antecedentes” utilizados para ayudar a reforzar una la historia de un infiltrado. En Inglaterra,  Lynn Watson presentó varios novios a amigxs activistas. Por lo general, estas otras personas sólo han aparecido una o dos veces, y a veces han destacado por su comportamiento raro o provocador.

 

  1. ¿Sus ideas políticas son casi inexistentes, poco desarrolladas o estereotipadas?

 

En la mayoría de los casos los infiltrados han tenido muy poco que decir en relación con la política del movimiento en el que se infiltran. Aunque muestren interés en escuchar a los demás (y aunque algunos renuncian a ello en aras del cinismo), apenas aportan nada y, por lo general, evitan o se alejan de esos debates. Cuando demuestran interés, suele ser superficial, y los libros y el material de referencia que poseen son material estándar y popular que muestran poca profundidad o amplitud.

 

Advertencia: Esto es algo que podría ser aplicable a muchas personas del movimiento en general, pero en ciertos círculos esa poca profundidad es destacable.

 

 

 

3- ¿Alguien ha conocido a su familia?

 

Algunos infiltrados nunca hablan de su familia, mientras que otros lo hacen mucho. Sin embargo, las oportunidades de conocerlos nunca llegan, siempre hay excusas. Los encubiertos pueden enseñar fotos y otros materiales que indiquen la existencia de supuestos miembros de su familia, y comentar  que tiene relaciones estrechas con ellxs. Otros han inventado historias sobre relaciones abusivas (y las han utilizado para generar confianza), pero hablan incoherentemente de cómo van a verlos.  A veces las crisis familiares, como un padre gravemente enfermo, se utilizan como excusa para ausentarse durante largos periodos de tiempo.

 

 

 

 

  1. ¿Su trabajo les hace ausentarse largos periodos de tiempo?

 

Parece que muchos infiltrados tienen trabajos que les obligan a ausentarse durante largos periodos de tiempo, hasta varias semanas seguidas. Estos trabajos les proporcionarían dinero o vehículos. La mayoría son reacios a poner a sus “amigxs” activistas en contacto con sus empleadores. Lynn Watson, por ejemplo, era cuidadora, pero cuando sus amigxs le preguntaban si les podía poner en contacto con su empresa, ella les respondía que no.

 

  1. ¿Su casa parece poco habitada?

 

Un tema común es lo poco acogedoras o poco habitadas que eran sus casas, aunque con alguna excepción. Había algunos materiales dispuestos de forma orquestada en la casa que querían significar “activista político”. También parecía evidente la falta de “toque personal” o de posesiones materiales.

 

  1. ¿Tiene vehículo?

 

La mayoría de los infiltrados  disponían de vehículos y estaban muy dispuestos a utilizarlos para acciones o incluso para realizar reconocimientos. Los vehículos variaban en tipo y modelo, e incluían furgonetas. A veces, los infiltrados afirmaban que el coche era fruto de su trabajo.

 

 

  1. ¿Tienen habilidades de conducción fuera de lo normal?

 

Algo que se comenta de muchos encubiertos es su habilidad para conducir por encima de la media,

lo que no es de extrañar teniendo en cuenta sus antecedentes policiales.

 

* Nota: Esta pregunta está especialmente indicada en el contexto británico, donde los infiltrados eran agentes con una larga trayectoria y experiencia en los cuerpos policiales y militares, donde se adquieren estas habilidades de conducción. En nuestro contexto actual, los infiltrados corresponden a otro perfil (agentes acabados de graduar) y, por lo tanto, puede que no tengan estas habilidades.

 

  1. ¿Creéis que es alguien demasiado servicial?

 

Se suele comentar el encanto, la simpatía y la amabilidad en general de los infiltrados. Se les ve dispuestos a hacer todo lo posible por ayudar. En particular, parecen estar siempre dispuestos a ir/volver a casa de activistas.

 

  1. ¿Tienen fácil acceso al dinero y son generosos con él?

 

A menudo están dispuestos a ayudar a la gente con dinero, por ejemplo renunciando a los gastos de gasolina o a invitar a rondas de comida o bebida. A veces alegan que los gastos ya están cubiertos de alguna manera, por ejemplo, a través de su trabajo. No son necesariamente ostentosos, pero parecen tener siempre acceso al dinero.

 

  1. ¿Centran las relaciones en las personas clave?

 

No es infrecuente que, tras involucrarse en un grupo, “se dirijan” a las personas clave y se hagan muy cercanos a ellas, tanto personalmente como en el activismo. Esto a menudo provoca que se les vea desde fuera como la “persona de confianza de….”

 

 

  1. ¿Muestran comportamientos fuera de lo normal?

 

Algunos infiltrados han hecho algo fuera de lo normal  que, o bien perturbó una acción y alertó a la policía, o bien se alejó claramente de la forma de hacer del grupo. Por ejemplo fomentar actividades que pongan en peligro a otros miembros en peligro, o llevarlos a enfrentamientos imprevistos, o difundir historias de que han participado en acciones radicales en otros lugares para dar la impresión de que están “dispuestos”, aunque esto difiera de cómo se presentan normalmente y cómo se comporta realmente en determinadas situaciones.

 

  1. ¿Habéis detectado alguna cosa rara?

 

En nuestra investigación hemos encontrado una serie de rasgos distintivos a los que vale la pena prestar atención si se presentan:

 

  • Documentos con nombres distintos al que conocemos (a veces es algo fácil de explicar, no siempre algo así es injustificado).
  • Capacidades organizativas que discrepan con su personalidad.
  • No tener las habilidades que dicen tener, sobre todo si se relacionan con su supuesto trabajo. O no saber lo suficiente sobre un tema que dice que le interesa mucho.
  • Un énfasis en la limpieza y el orden que les sitúa en el extremo opuesto del espectro

activista, o en desacuerdo con él (por ejemplo, Mark Kennedy se cortaba el pelo regularmente en peluquerías profesionales).

  • Características que indican cierta formación formal (por ejemplo, cómo se atan las botas).
  • Reaccionar ante situaciones sorpresa de formas que indican entrenamiento (por ejemplo, Jenner reaccionó a un ruido exterior haciendo los movimientos correctos para reaccionar a la explosión de una bomba).
  • Posesiones que no suelen tener las personas de un determinado entorno (un reloj muy caro, un teléfono de alta gama, etc…)
  • Hacer signos que parece que señales hacia otras personas.

 

  1. ¿Ha habido casos judiciales extraños o poco interés por parte de la policía?

 

A veces los agentes encubiertos han sido inexplicablemente apartados de un caso judicial,

o eligen tener un abogado diferente a los demás. O puede que tu grupo haya experimentado una notable falta de interés policial durante el periodo en que el infiltrado formaba parte de su grupo, o que la gente no era detenida cuando parecía obvio que iba a pasar. Sabemos ahora que los responsables de la infiltración a veces miraban a otro lado en el transcurso de acciones ilegales, y que se alejaban de la acción para no tener que arrestar a nadie.

 

Advertencia:  Lo contrario también podría ser cierto: hay varios ejemplos claros de infiltrados que se presentan ante los tribunales con nombres falsos para testificar, lo que ha conducido a la anulación de condenas. Es decir, que han participado en un juicio con identidad falsa, lo que, en caso de que se descubra la identidad real del infiltrado, la defensa podrá recurrir la sentencia.

 

  1. ¿Ha desaparecido de repente y evitado cualquier contacto?

 

Esta pregunta es una sección en sí misma, ya que la “estrategia de salida” es uno de los aspectos de la operación para quienes investigan una posible operación encubierta. En todos los casos que conocemos, los infiltrados han cumplido un mandato de entre cuatro y cinco años, y luego se han marchado de forma relativamente abrupta.

 

Es bastante revelador ver cómo una y otra vez se utilizan dos estrategias, a veces combinadas:

  1. a) se van al extranjero, o
  2. b) Representan algún tipo de crisis mental, con lágrimas incluidas.

 

Y lo que es más importante, desaparecen por completo, aislándose totalmente de su vida social activista. En varios casos, el hecho de no asistir a funerales u otros actos relacionados con personas a las que antes estaban muy unidos ha levantado sospechas.

 

A veces, la situación ha sido más complicada, porque los infiltrados seguían enredando su vida personal y la profesional encubierta, lo que se llama “volverse nativo”. Mike Chity, por ejemplo, regresó tras supuestamente haberse ido a Canadá para relacionarse con amigxs activistas, mientras seguía trabajando en otra sección de la policía. Kennedy volvió después de haber dejado la policía, e intentó utilizar sus contactos activistas para establecerse como espía corporativo vendiendo la información que reunía.

 

  1. ¿Puedes ayudarnos a acabar con estos mitos?

 

Somos conscientes de que algunas personas creen o han creído que los infiltrados tenían un código de conducta, que había cosas que no harían. Señalamos algunos de ellos para poder desacreditarlos.

 

Algunas personas creen que los infiltrados nunca:

  • cometen actos ilegales
  • tienen relaciones sexuales con sus objetivos.
  • Denegarían ser policías si se les pregunta directamente (algunos incluso bromeaban con ello)

 

Sabemos que todas estas cosas las han hecho policías infiltrados.

 

Advertencias importantes en torno a las 15 preguntas.

 

Si os encontráis con alguien cuya historia encaje en algunas de estas casillas, no necesariamente

significa que estéis tratando con un infiltrado. Simplemente significa que vuestras sospechas justifican más indagaciones e investigaciones. Estas preguntas son un punto de partida, no una forma de probar un caso.

 

Desaconsejamos encarecidamente que se difundan rumores basados únicamente en sospechas,

y recomendamos investigar estas seriamente lo antes posible. Los chismorreos sin confirmación hacen mucho daño y pueden destruir grupos desde dentro, independientemente de que haya o no una infiltración real. Es importante recordar que, si bien puede haber puntos en común en la forma de actuar de los infiltrados, existen también un buen número de diferencias, dependiendo de los objetivos que se les hayan asignado: algunos querrán que el grupo se mantenga activo, mientras otros querrán destruirlo desde dentro.

 

También observamos que hay muchas buenas razones para que la gente caiga en las mismas

categorías sin ser un infiltrado, nuestro marco no es infalible. Por ejemplo, puede haber buenas razones para que alguien no tenga contacto con su família, o para que la gente desaparezca una temporada. El agotamiento también es un motivo común para que lxs activistas se retiren.

 

Además, no todas las historias encubiertas son exactamente iguales, habrá variaciones. Que alguien no encaje en los patrones no ha de significar desechar cualquier sospecha. Aparte de eso, otras formas de infiltración (por parte de servicios de seguridad o de espías corporativos, o a través de informadores) mostrarán patrones muy diferentes